Te digo que tengo miedo,
tanto miedo de la dolencia del fin.
Te digo que tengo miedo del amor apagado.
Te digo que el amor es como muerte, por miedo.
Y digo que mi muerte ser? por miedo al estado de amor.
En el agujero de la noche
veo tus ojos,
en los m?os, marcados.
Quiero dejarme doler,
quiero dejarme quemar por tus ojos color del mar.
Quiero dejarme,
como si nada pasara,
y ser transportado desde tus sue?os
hacia la locura que hay en m?,
y que me encubre en su mensaje.
Porque tengo miedo.
Estuve tan cerca de saber
que es tan f?cil deslizarse por el viento, sin espera,
empujado por la distancia, sin deseo.
Y ahora escucho tu palabra
anunciando mi insegura residencia
en la ceremonia de tu cuerpo.
Y ahora escucho tu sensata apariencia
y creo que yo puedo,
pac?ficamente,
resistir a tu ausencia tan pr?xima,
tu irte sin quedarte,
recortado en mis fragmentos.
Te digo que no s?.
Te digo que no s? pedir.
Te digo que no s? que no hay.
No me atrevo a enumerar lo que he perdido.
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