La ausencia de la vida viv?da, y la soledad, me llenaron de miedo. Miedo a no ser amado, y entre tanto miedo me perd? a mi mismo, en paseos por lugares desconocidos, reales solo en mi mente. Y me llen? de
angustia. Me conform?. Tambi?n me volv? ciego. Ciego de amor, y de desconsuelo.
A veces frecuento un lugar. Algo as? como en un sue?o, pero en mi imaginaci?n. So?ar despierto no cuesta nada... Veo a una mujer a varios metros mios, del otro lado. En el medio, un anden de tren el cual me separa de la mujer de mi vida. La identifico. Ella me mira sin mirarme. D? cualquier cosa por sal?r de mis sue?os, y aferrarse a mi. Y la veo mal, entre una multitud de personas que van y vienen. Suben y bajan del tren. Muchos la miran, pero nadie la mira con mis ojos. Y ella sigue ah?. Est? mal, y es mi culpa, y el alma entera me duele por ello...