En el espacio sin l?mite del tiempo
busco el sin demora, el d?a exacto,
el plazo que la tierra reservada a mi cuerpo
se abra en espejo de polvo, instante por instante.
Parto al choque del golpe aterrador
a unir mi principio, mi sangre, mi materia.
Voy corriendo hacia el abismo
con alas de opacas superficies,
llen?ndome los ojos reci?n nacidos de d?a,
llen?ndome los ojos de cuchillos
que se entierran en la noche.
Entra afinando la muerte por la llaga
y me desangro de la espera, de la hora.
Entra cantando por la herida de mis huesos,
la ausencia que se filtra en la longitud de mi v?rtebra.
Los que est?n atr?s de m?, no me ver?n caer.
Los que est?n adentro m?o me ver?n volar
alucinado en el dolor.
Ahora hagan silencio, por favor.
Afuera el agua devorada por las manos del sol,
agua carn?vora, desaforada...
Cerrar los ojos hacia la teor?a.
Lanzarme en el abismo de la noche l?nguida.
Silencio.
Me devor? las palabras que quer?an nacerme del pecho.
Oce?nico silencio.
Escombro del lenguaje.
No puedo contar el secreto que mis ojos ven,
su sombra decapitada se apodera de m?
y voy por esas noches, son?mbulo,
Dormido en mi espejo quemado,
esperando las hogueras imperturbables
de tus dedos ardiendo solos
en la noche p?lida...
Si me animo a ver en sus ojos y explicar,
es por temor a perderla,
perder mi nueva esperanza, mi salvaci?n,
porque me es necesaria, es mi otra parte,
inseparable a mi habitual forma,
lejana en el mar, en mi presencia,
que est? en sus ojos, que alumbran un poema...
Que irradia en mis sue?os, la luz
de su amado cuerpo ausente,
palpitando entre mis venas...
A veces me abandono en suspenso silencio,
no hay nadie sobre la tierra, aunque est? en la multitud,
s?lo escucho la sinfon?a de mi sangre
que certifica una morada en el lugar de tu locura.
Pero hay otros d?as, en que de nuevo la esperanza
retorna en busca de los imposibles, fantasmas que extra?o.
Y solo con mis voces,
extraigo color del desierto en calma...
Las letras son la llave del jard?n proh?bido.
Para contar la visi?n del mundo
s?lo necesito una casa amputada de ruidos, de voces...
Ninguna estrella me ilumina m?s que a otro,
no hay pretextos, de saber sobre una m?sica jam?s o?da.
A veces las palabras s?lo son
compa??a en este naufragio...
Y ahora tiene que cuidarse de este amor.
De mi voz.
Suprimir en su mirada esta imagen m?a:
descendiendo a?n m?s profundo,
en los ojos, en el fondo del espejo...
Anoche, en la hora del sue?o inocente,
miraba los ojos del ?ngel de ojos claros,
Es tuyo mi amor,
mi silencio, mi sombra.
Tuyo es mi jazm?n,
mi voz sin palabras,
mi misterio antiguo.
La sonrisa sin penas,
la ?ltima sonrisa,
tatuada en este poema...
... Mi ?ltimo poema...
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