Malherido por la estocada en las vísceras que me dá la juventud que se
sueña rosada. La sangre recorre mi cuerpo hasta mis pies henchidos por
caminar hacia ningún lado. Y se mezcla con mis lágrimas internas,
saladas, ardientes, tan llenas de angustia y forman un río turbio.
El malherido, que es virgen de amor de verdad tiene calado en los
huesos el papel secundario en la propia vida. Al malherido le falta
pertenecer al lugar donde siempre habita...
... Y tus besos que [...]
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